Colegio ferrer i guardia

Anarquistas de la guerra civil española

La mayoría de sus ideas son prácticas habituales en las escuelas actuales. Abogó principalmente por la coeducación de sexos y clases sociales. No hay separación todos van en la misma clase. Lo siguiente importante es la enseñanza de la higiene, supongo que en aquella época la conciencia de la higiene era terrible. Una cosa que no está presente en las escuelas actuales es la omisión de las calificaciones, los exámenes, los premios y las sanciones. Lo cual parece una sugerencia muy interesante para no crear separación entre los alumnos.

La mayoría de sus ideas son prácticas habituales en las escuelas actuales. Principalmente abogó por la coeducación de sexos y clases sociales. No hay separación todos van en la misma clase. Lo siguiente importante es la enseñanza de la higiene, supongo que en aquella época la conciencia de la higiene era terrible. Una cosa que no está presente en las escuelas actuales es la omisión de las calificaciones, los exámenes, los premios y las sanciones. Lo cual me parece una sugerencia muy interesante para no crear separación entre los alumnos.

Oldie, goodie.Se necesita una nueva traducción, pero por ahora, esto es suficiente. Anticipando el auge de Dewey, Mills y Montessori, la sabiduría del autor ofrece una fuerte alternativa a la pedagogía contemporánea.

Anarquismo y educación

Esta escuela se construyó en dos fases para que las clases pudieran continuar en el antiguo edificio, que se encuentra en el mismo lugar. En la primera fase se construyeron las aulas en la planta baja y en dos pisos superiores, alineados con uno de los pasillos. El comedor y el gimnasio se construyeron en la segunda fase, cuando los alumnos se trasladaron a las nuevas aulas.

El jardín de infancia está en la planta baja y tiene su propia entrada. Los demás alumnos deben entrar por el patio principal. Todo el edificio está construido en hormigón blanco con junta vertical continua, y una serie de ventanas de celosía también de hormigón sugieren transparencia entre las aulas de trabajo y los pasillos. La fachada tiene su opacidad acentuada para subrayar la transparencia interior.

La semana trágica de Barcelona

Ferrer se crió en una granja cerca de Barcelona, donde desarrolló convicciones republicanas y anticlericales. Como conductor de tren, transmitió mensajes para el líder republicano Manuel Ruiz Zorrilla, exiliado en Francia. Tras un fallido levantamiento republicano en 1885, Ferrer también se trasladó a París con su familia, donde permanecieron 16 años. Ferrer comenzó a explorar el anarquismo y la educación. A principios de siglo, Ferrer había resuelto abrir una escuela libertaria siguiendo el modelo de la escuela del orfanato Prévost de Paul Robin. Una cuantiosa herencia de un tutor parisino le proporcionó los medios para hacerlo.

A mediados de 1909, Ferrer fue detenido y acusado de orquestar una semana de insurrección conocida como la Semana Trágica de Barcelona. Aunque es probable que la participación de Ferrer no fuera tan irreprochable como se insinúa, no fue el autor intelectual de los hechos, como se le acusa[2] El proceso judicial que siguió, recordado como un juicio de exhibición por parte de un tribunal de excepción,[3] acabó con la ejecución de Ferrer y provocó la protesta internacional, ya que se creía que Ferrer era inocente en el momento de su muerte. Se le conmemoró de forma destacada con escritos, monumentos y manifestaciones en tres continentes. La protesta se convirtió en un movimiento para propagar sus ideas educativas, y las Escuelas Modernas en su nombre surgieron en Estados Unidos y Europa, llegando hasta Brasil y Asia.

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Los más cercanos eran Benlliure, en la calle Alboraia, e Isabel de Villena, junto a la playa de las Arenas. Más tarde se construyó el Ramón Llull en el barrio de San José. Pero estos institutos ya estaban desbordados de alumnos, por lo que era urgente construir uno nuevo en la zona de Benimaclet.

El Plan General de Ordenación Urbana de Valencia aún no estaba aprobado, pero existían varios Planes Parciales en los que se especificaban los usos del espacio urbano. En el Plan Parcial del sureste de Benimaclet, el barrio de Santa Ana debía desaparecer para que esa parcela se destinara a un colegio. Santa Ana era un antiguo barrio obrero formado por una docena de casas.

La comisión coordinadora eligió este terreno para exigir la construcción del instituto. A principios de la primavera de 1987 hubo una gran manifestación, con más de mil personas marchando por el barrio hasta la zona.

Tras muchas reuniones con las administraciones municipales y regionales, junto con sentadas, recogida de firmas y manifestaciones, se superaron la mayoría de los obstáculos burocráticos que iban apareciendo. Entre ellos el hecho de que había que expropiar otro pequeño solar para que el total alcanzara los 10.000 m2 que se requerían en su momento; otro era la necesidad de cambiar el trazado de la acequia de Mestalla; y más…